• «¿En dónde estás?»
    Él respondió:
  • «Oí tu voz en el Paraíso y tuve temor, porque estaba desnudo y me
    escondí».
    Y le dijo:
  • «¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo, sino el haber comido del
    árbol de que te mandé que no comieras?»
    Y dijo Adán:
  • «La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí».
    Y dijo el Señor Dios a la mujer:
  • «¿Por qué has hecho esto?»
    Ella respondió:
  • «La serpiente me engañó y comí».
    Dijo el Señor Dios a la serpiente:

El pasaje de Génesis 3:9-15 es una parte fundamental del relato bíblico que describe las consecuencias inmediatas del pecado original. Aquí, Dios busca a Adán y Eva después de que han comido del fruto prohibido y se esconden por la vergüenza de su desnudez. Este diálogo entre Dios y la pareja humana muestra la ruptura que Adán y Eva tuvieron con Dios, quien cada día salía a pasear con Adán y en esta ocasión desapareció tal relación.

Finamente, en el  Génesis 3:15 se introduce por parte Dios la primera promesa de salvación conocida como el protoevangelio, donde Dios anuncia que habrá enemistad entre la serpiente y la mujer, y entre la descendencia de ambos.

Este pasaje es crucial porque establece el tema del conflicto cósmico entre el bien y el mal, y la promesa de redención y restauración que se desarrollará a lo largo de la Biblia

Hermanos: Teniendo el mismo espíritu de la fe, conforme está escrito: Creí, por lo cual hablé,
nosotros también creemos y por eso hablamos. Estando ciertos, que el que resucitó a Jesús, nos
resucitará también a nosotros con Jesús, y nos colocará con vosotros. Pues todo es por vosotros, para
que la gracia, que abunda por el hacinamiento de gracias de muchos, redunde en gloria de Dios.
Por tanto no desmayamos, antes aunque este nuestro hombre exterior se debilite, pero el interior se
renueva de día en día. Porque lo que aquí es para nosotros de una tribulación momentánea y ligera,
engendra en nosotros de un modo muy maravilloso un peso eterno de gloria. No atendiendo nosotros a
las cosas que se ven, sino a las que no se ven. Porque las cosas que se ven, son temporales, pero las que no se ven son eternas.

En el comienzo del pasaje de 2 Corintios 4:13-5:1 Pablo nos da una síntesis breve sobre los frutos de la fe y la esperanza. cristianas habla sobre la resurrección y la vida eterna, destacando que aunque nuestra salud , exterior sufra , nuestro interior se renueva día tras día La fe nos permite hablar y mantener la confianza en Dios, incluso en medio de las aflicciones, confiando en que el mismo Dios que resucitó a Jesús nos resucitará a nosotros : «Quien esto cree puede hablar de ello.»