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El Señor habló a Job desde la tormenta: «¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando le puse nubes por mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con puertas y cerrojos, y le dije: “Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas”?»Entonces respondió y a Job desde un torbellino, y dijo:¿Quién es ese que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría?Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás.¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular,Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?¿Quién encerró con puertas el mar, Cuando se derramaba saliéndose de su seno,Cuando puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad,10 Y establecí sobre él mi decreto, Le puse puertas y cerrojo,11 Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, Y ahí parará el orgullo de tus olas? 

Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos. Por tanto, no valoramos a nadie según la carne. Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no. El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.

De hecho, amamos a Cristo porque Él nos amó primero. Nuestro amor es el reflejo de la luz original que el rayo celestial volvió a inclinarse hacia su fuente; y donde existe este amor hacia Él, se convierte en motivo de servicio perpetuo. Pero esta no es la intención de San Pablo; aquí está hablando del motivo de ese motivo. ¿Qué es lo que despierta nuestro amor por Él sino Su amor primero por nosotros? El amor es el principio de la obediencia, pero el principio del amor es el amor.

Y de esto habla el Apóstol el amor que desciende de Él hacia nosotros. Comencemos por la fuente de todo. Dios es amor y el amor es la ley de su reino. Hay una jerarquía de amor, que tiene su comienzo en los Tres eternos, que desciende del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo a todas las órdenes de espíritus creados, angélicos y ministrantes, y a todas las criaturas en la tierra y el cielo, uniendo a todos en uno. El amor es inclinarse de lo superior a lo inferior, el Creador a la criatura, el padre al hijo, el más fuerte al más débil, el sin pecado al Dios pecador que se inclina hacia el hombre.

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla”. Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron diciéndole: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?” Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: “¡Silencio, cállate!”El viento cesó y vino una gran calma.Él les dijo: “¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe? ”Se quedaron espantados, y se decían unos a otros: “¿Pero, quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!”

Tenemos aquí una lección muy importante que debemos aprender: el hecho de estar andando fielmente en los caminos del Señor no nos librará de atravesar por las tormentas y tempestades de la vida. Lo primero que se aprecia es la humanidad de Jesús. Después de los grandes esfuerzos de esos días, estaba cansado, agotado, necesitado de descanso y sueño. Así que, ni el rugir de los vientos, ni el embate de las olas, ni el girar y descender de la barca, que rápidamente se anegaba, fueron capaces de despertarle.

También debemos aprender de su confianza en el Padre celestial. Su sueño tranquilo en medio del mar agitado nos da a entender su plena confianza en Dios su Padre, seguro de que nunca puede fallar. Nos recuerda también el sueño profundo de Pedro la noche antes de ser ejecutado (Hch 12:6).sí que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.

6 Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.7 Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.8 Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme.9 Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.10 Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él.11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.

  • «¿En dónde estás?»
    Él respondió:
  • «Oí tu voz en el Paraíso y tuve temor, porque estaba desnudo y me
    escondí».
    Y le dijo:
  • «¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo, sino el haber comido del
    árbol de que te mandé que no comieras?»
    Y dijo Adán:
  • «La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí».
    Y dijo el Señor Dios a la mujer:
  • «¿Por qué has hecho esto?»
    Ella respondió:
  • «La serpiente me engañó y comí».
    Dijo el Señor Dios a la serpiente:

El pasaje de Génesis 3:9-15 es una parte fundamental del relato bíblico que describe las consecuencias inmediatas del pecado original. Aquí, Dios busca a Adán y Eva después de que han comido del fruto prohibido y se esconden por la vergüenza de su desnudez. Este diálogo entre Dios y la pareja humana muestra la ruptura que Adán y Eva tuvieron con Dios, quien cada día salía a pasear con Adán y en esta ocasión desapareció tal relación.

Finamente, en el  Génesis 3:15 se introduce por parte Dios la primera promesa de salvación conocida como el protoevangelio, donde Dios anuncia que habrá enemistad entre la serpiente y la mujer, y entre la descendencia de ambos.

Este pasaje es crucial porque establece el tema del conflicto cósmico entre el bien y el mal, y la promesa de redención y restauración que se desarrollará a lo largo de la Biblia

Hermanos: Teniendo el mismo espíritu de la fe, conforme está escrito: Creí, por lo cual hablé,
nosotros también creemos y por eso hablamos. Estando ciertos, que el que resucitó a Jesús, nos
resucitará también a nosotros con Jesús, y nos colocará con vosotros. Pues todo es por vosotros, para
que la gracia, que abunda por el hacinamiento de gracias de muchos, redunde en gloria de Dios.
Por tanto no desmayamos, antes aunque este nuestro hombre exterior se debilite, pero el interior se
renueva de día en día. Porque lo que aquí es para nosotros de una tribulación momentánea y ligera,
engendra en nosotros de un modo muy maravilloso un peso eterno de gloria. No atendiendo nosotros a
las cosas que se ven, sino a las que no se ven. Porque las cosas que se ven, son temporales, pero las que no se ven son eternas.

En el comienzo del pasaje de 2 Corintios 4:13-5:1 Pablo nos da una síntesis breve sobre los frutos de la fe y la esperanza. cristianas habla sobre la resurrección y la vida eterna, destacando que aunque nuestra salud , exterior sufra , nuestro interior se renueva día tras día La fe nos permite hablar y mantener la confianza en Dios, incluso en medio de las aflicciones, confiando en que el mismo Dios que resucitó a Jesús nos resucitará a nosotros : «Quien esto cree puede hablar de ello.»

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